Consejos para mejorar la circulación sanguínea en verano
La mala circulación sanguínea o insuficiencia venosa crónica, que afecta al 30% de los adultos españoles, potencia sus síntomas cuando empieza el verano, aumentando la pesadez y el cansancio en las piernas.
Las mujeres son más propensas a sufrir este hecho, sintiendo las piernas más cansadas, hinchadas y congestionadas. Esto se debe a que las venas se dilatan más de lo habitual, aumentando la acumulación de sangre y retención de líquidos en las extremidades inferiores.
¿Por qué se produce la mala circulación sanguínea?
Cuando las venas pierden elasticidad y se deforman, las válvulas de las paredes de las venas (encargadas de impulsar la sangre hasta el corazón) no cierran bien, y la sangre, atraída por la fuerza de la gravedad, se acumula en las piernas.
Además, la mala circulación puede agravarse a causa de:
- Exceso de peso.
- Estados de desajustes hormonales, como por ejemplo el embarazo, menstruación o menopausia.
- Sedentarismo.
- Mala alimentación, especialmente aquella rica en grasas y sodio.
- Consumo de ciertos medicamentos: píldora anticonceptiva, antidepresivos, antiinflamatorios,…
- Enfermedades: tiroideas, cardíacas, renales o hepáticas.
- Traumatismos, alergias o problemas genéticos.
- Altas temperaturas, ya que dilatan las venas y entorpecen el retorno de la sangre al corazón.
Consejos para mejorar la circulación en verano
Los síntomas de la mala circulación sanguínea afectan a la salud y a la calidad de vida de la persona que lo padece. Puede ser incapacitante debido al malestar que genera y puede provocar la aparición de las dolorosas varices (dilataciones de las venas).
Para mejorar la circulación en esta época del año es importante tener en cuenta estos consejos:
- No permanecer en la misma postura durante mucho tiempo: de pie, quieto o sentado; si por trabajo o viajes largos es inevitable, trata de mover frecuentemente los pies y las piernas, camina unos cuantos pasos,…
- Poner las piernas en alto cada vez que sea posible, especialmente si pasas largas horas sentado (puedes utilizar un reposapiés). Es recomendable hacerlo a mediodía, por la noche y a la hora de dormir, hazlo con las piernas elevadas unos quince centímetros.
- Masajea las piernas y los tobillos con un gel frío de forma ascendente, desde los pies hacia la rodilla, cuando estés tumbado.
- Alterna la ducha con agua fría y caliente. Lo aconsejable para activar la circulación es alternar duchas templadas (38º como máximo) con chorros fríos en las piernas. Al acabar, aplica agua fría a las pantorrillas en sentido ascendente para aliviar la sensación de pesadez.
- Hidratar la piel adecuadamente para mantenerla elástica. Por ello, después de la ducha es conveniente aplicar en las piernas una loción o crema hidratante con suaves masajes para favorecer la circulación de la sangre.
- Evita la ropa ajustada ya que puede dificultar el retorno venoso desde las piernas al corazón. Sobre todo en verano, es importante llevar ropa holgada y que transpire bien, y un calzado cómodo.
- Sigue una dieta equilibrada y rica en fibra. El sobrepeso y el estreñimiento afectan a la circulación, así que para prevenirlos es fundamental el consumo de fibra, frutas, verduras y cereales; y reducir al mínimo el consumo de sal para retener menos líquidos.
- Beber al menos 2 litros de agua diarios para mantener hidratado el organismo y que funcione correctamente.
- Evitar el tabaco y el alcohol, pues dificultan la circulación.
- Realizar frecuentemente ejercicio físico moderado. La natación, caminar, el baile, la gimnasia y la bici son buenas alternativas para mejorar la circulación de las piernas.
- Consumir complementos antioxidantes que favorezcan la circulación, como por ejemplo Keriba Dúo, producto natural obtenido a partir de los frutos enteros frescos del olivo y la granada que además, ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y a controlar los niveles de colesterol, favoreciendo una salud cardiovascular óptima.