Cuidar la piel en invierno
En invierno las temperaturas bajas causan estragos en la piel ya que ralentiza la circulación y reduce la producción de colágeno, sebo y sudor. Esta reducción provoca un desequilibrio en la película hidrolipídica de la piel, que pierde su humedad natural y se produce deshidratación.
Además, el frío también retrasa la reproducción y regeneración celular generando que la piel esté deshidratada, mate y sensible; por su parte el uso de la calefacción y la contaminación que generan hacen que se ensucie la piel, se taponen los poros y se reduzca la oxigenación.
Para mitigar y evitar esos efectos cuidar la piel en invierno requiere una atención extra, especialmente la del cutis, ya que es la que más expuesta se encuentra a estos factores ambientales.
Cuidar la piel en invierno
Para recuperar la barrera protectora natural de la piel, y por tanto su película hidrolipídica, es necesario un extra de hidratación y una nutrición adecuada. De esta forma conseguiremos evitar la tirantez, sequedad, irritación y envejecimiento prematuro.
Para llevar a cabo este cuidado debemos:
- Hacer una limpieza facial profunda. Para llevarla a cabo es recomendable usar un exfoliante facial 1 o 2 veces por semana, en función de tu tipo de piel, para que la dermis respire y favorezca la penetración de los tratamientos que apliquemos después: hidratante, antiedad,…
- Aplicar cremas o serums hidratantes y nutritivos. También puedes aplicar aceites con propiedades hidratantes y rejuvenecedoras como el aceite de argán, que es hidratante, nutritivo y tensor; o el aceite de rosa mosqueta que reduce las manchas faciales.
- Usar una crema de día con activos que restauren la barrera hidrolípida de la piel, evitando la deshidratación y favoreciendo la circulación. También es importante elegir una crema de día que tenga factor de protección solar para evitar los efectos de los radicales libres y los rayos solares causantes del fotoenvejecimiento.
- Aplicar un tratamiento nocturno adecuado a las necesidades de nuestra piel: hidratante, antiedad, regenerador etc., ya que durante la noche se incrementa la producción de elastina y activa el colágeno. De esta forma la piel se nutre, se regenera y fortalece su barrera cutánea.
- Aplicar bálsamo nutritivo y regenerador mañana y noche, en labios, nariz y pómulos ya que son zonas donde la piel es muy sensible y está muy expuesta.
- Contorno de ojos. Esta zona tiene la piel más sensible y fina de todo el cuerpo, por lo que necesita un cuidado especifico. Aplica un contorno de ojos hidratante con activos rejuvenecedores y que mejoren la circulación para mantener la zona hidratada, protegida, sin ojeras ni bolsas.
Es importante tener en cuenta que a partir de los 30 años la piel empieza a ralentizar su regeneración y es especialmente importante poner en práctica estos cuidados y elegir productos que además de hidratación favorezcan la producción de colágeno y tensen la piel.
Además de la piel del rostro, debemos cuidar también la piel de cuello, escote, manos y uñas. Los primeros necesitan prácticamente los mismos cuidados que la piel del rostro, pero las manos y uñas necesitan unos cuidados extra:
- Usar guantes de goma o látex para realizar tareas manuales en las que se tenga contacto con productos químicos, polvo, tierra,… y guantes de lana o cuero para salir a la calle y proteger la piel.
- Usar crema para manos diariamente, que sea altamente hidratante y especial para esta zona. También debemos aplicarla siempre después de haberlas mojado.
- Exfoliar las manos una vez al mes, con un producto suave, y aplicar una crema muy nutritiva durante al menos dos horas. Para ello, aplicamos la crema en las manos y las cubrimos con guantes de algodón que favorezcan su penetración.
- Las uñas se vuelven más frágiles y quebradizas con la bajada de temperaturas por lo que es aconsejable masajearlas diariamente con un hidratante específico y una vez a la semana sumergirlas 15 minutos en un baño de aceite templado de oliva o almendra.
Nutrir la piel
La dieta es clave para cuidar la piel en invierno. Para nutrir la piel desde dentro es importante llevar una alimentación sana y equilibrada, en la que debemos incluir alimentos que favorezcan el cuidado de la piel. Estos alimentos deben ser ricos en:
- Grasas saludables, que contengan ácidos grasos Omega 3, 6 y 9 para favorecer la regeneración de la piel, como el pescado azul, el aguacate o el aceite de oliva.
- Vitamina A y E que tienen un gran poder antioxidante y neutralizan la acción dañina de los radicales libres que provocan el envejecimiento prematuro de la piel.
- Vitaminas antioxidantes, como las que contienen los frutos rojos, que retrasan el envejecimiento y estimulan la producción de colágeno.
- Proteína, ya que ésta es la fuente esencial para obtener el colágeno y mantener la piel tonificada y firme.
Además, podemos incluir complementos alimenticios que apoyen nuestra dieta diaria como:
- Keriba Forte, compuesto por las punicalaginas de las granadas, polifenoles antioxidantes que ayudan a retrasar el envejecimiento de la piel.
- Extracto de amapola que contribuye a atenuar las arrugas.
- Lirio blanco, con capacidad regeneradora e iluminadora.
- Extracto de flor de loto, para proteger el ácido hialurónico y la elastina, cerrar los poros y estimular la renovación celular.